jueves, 5 de abril de 2007

La sucesión de Fibonacci en la naturaleza

Si no conocíais la sucesión de Fibonacci o queréis saber más encontrareis su relación con el arte, el cuerpo humano y el número áureo aquí (recomendado). Esta sucesión surge del famoso problema de los conejos.

La sucesión de Fibonacci es la sucesión de números empezando por la unidad en la que cada cual es la suma de sus dos números anteriores. Serían entonces: 1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,89,144,233...
Podemos encontrar estos números de manera sorprendente en la naturaleza. Por ejemplo:
  • Las ramas y las hojas de las plantas se distribuyen buscando siempre recibir el máximo de luz para cada una de ellas. Por eso ninguna hoja nace justo en la vertical de la anterior.La distribución de las hojas alrededor del tallo de las plantas se produce siguiendo secuencias basadas exclusivamente en estos números.
  • El número de espirales en numerosas flores y frutos también se ajusta a parejas consecutivas de términos de esta sucesión: los girasoles tienen 55 espirales en un sentido y 89 en el otro, o bien 89 y 144.
  • Las margaritas presentan las semillas en forma de 21 y 34 espirales.
  • Y cualquier variedad de piña presenta siempre un número de espirales que coincide con dos términos de la sucesión de los números de Fibonacci, 8 y 13; o 5 y 8.

Parece que el mundo vegetal tenga programado en sus códigos genéticos del crecimiento los términos de la sucesión de Fibonacci.

Fuentes:

2 comentarios:

Jose dijo...

Tambien se pueden poner
acertijosque parece que no tienen nada que ver y luego...

Anónimo dijo...

Jeje, esta sorprendente sucesión aparece en los lugares menos insospechables.

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